Samantha Morton es la chica que más me ha cautivado en una película en mucho tiempo. Puede que por el homenaje que hace al cine mudo de Buster Keaton y Chaplin en "Sweet and lowdown" (aka "Acordes y desacuerdos" en España), de mi favoritísimo e idolatrado Woody Allen. Su mudez, su expresión melancólica y risueña, su sombrerito años 30, sus ojos-tristes, su inocencia y candidez, el lugar donde vive, en Jersey, junto a una noria, en el paseo marítimo, con vistas al Atlántico. Sea por lo que sea, ella me encantó.
Pero este no es el único ni el principal homenaje que se ofrece en la película. Allen se permite con esta película protagonizada por Sean Peen rendir su admiración por el guitarrista de jazz y swing Django Reinhardt, y nos obsequia con un sinfín de piezas de este artista francés de origen gitano, anterior a la Segunda Guerra Mundial.
Sean Penn no encarna al propio Django, sino a su mayor rival, el mejor guitarrista en América, un tal e inventado Emmet Ray. Emmet es un genio en la guitarra, y como tantos otros genios esconde una personalidad excéntrica, egoista y arrogante, infantil, y su principal miedo es conocer al mismísimo Django, a quien en la intimidad idolatra. El más habilidoso de los guitarristas de la otra orilla del Atlántico es a la vez, como contrapunto, un hombre caótico, y sumamente patoso en ocasiones. Se esfuerza en ocultar su corazón, dice no necesitar a nadie; sólo él y su guitarra, las mujeres son algo secundario en su vida... ¿Lo será Hattie? (Samantha Morton).
pd: Samantha Morton también encarna a Deborah Curtis en el film "Control".
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