lunes, 23 de marzo de 2009

It surprises me the will of instint


Todavía no tengo bien el dedo, así que se supone que debo guardar reposo (el dedo debe guardarlo). De todas formas no lo tengo vendado o inmovilizado, ni nada que se le parezca. Antes de que termine la semana, si sigo teniendo las molestias iré al médico a ver si esta vez me hacen más caso.

Hoy he pecado: cogí la guitarra y toqué diez minutos, no podía soportarlo más. Fue orgasmático. Sonaba de puta madre, fue como reencontrarse con un viejo amigo, o mucho mejor que eso.
Toqué Polly, toqué About a girl, toque Pennyroyal tea y acabé con Dumb. Decicí dejarlo por si acaso.

No fumo, pero ahora sé lo que sienten los fumadores cuando no tienen tabaco ni un estanco cerca. No sé qué clase de vida podría tener si no pudiese tocar la guitarra. Porque no hay ninguna otra cosa que se le parezca. Nada se acerca a la sensación que arranco cuando estoy sólo y con mi guitarra. ¿Ver la tele? ¿hacer footing? no me jodas.

Fiel a mi modo de sentir las cosas, creo que haré que esta experiencia me sirva de algo. En cuanto ya me haya olvidado de lo del dedo y pueda tocar como siempre voy a tomármelo más en serio. Quiero crecer apriendiendo cosas nuevas.

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