sábado, 7 de noviembre de 2009



Mi guitarra tiene pulmonía y yo la abrazo esta noche porque la quiero.
No es la más guapa, la más divertida ni la más inteligente pero es mucho mejor que eso porque es la mía.

En Pontevedra tengo 26 años y en Santiago 21,pero en mi mente siempre he sido vigilante en el centeno. Eso es no tener edad, amigo. Es como el mar.

Había olvidado que cuando bebo una cerveza soy una persona muy divertida y el ingenio se me dispara. Y soy mucho más hablador. Vaya lubricante social más bueno, ¿verdad? pero al mismo tiempo sé que beber en exceso me jode la mente y el cuerpo y soy Mr. Misery a la mañana siguiente. Y esa es una sensación que para nada me gusta.

A menudo pendo de un hilo para demasiadas cosas. Eso es algo que solamente yo acierto a comprender por completo. Por suerte, Dios me dio carácter para vivir según mis normas y procuro ser bueno conmigo mismo.

Ah, pero algunos recuerdos estarán siempre entre mis favoritos.




Que escriba cosas no significa nada en absoluto. Las cosas son como son.

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