domingo, 29 de noviembre de 2009

I (LOVE) MY BOY

of course I love my boy. I fuck with him every night.

Desde que se han puesto de moda las camisas a cuadros, las palestinas estilizadas, los sombreros de imitación, las gafas gigantes, los tenis estilo tektonik, los pitillo, el moustache, irse de erasmus, la bi-curiosiad y los conceptos "I love my boy/ I love London" (que mejor deberían ser así: I love shopping/ I love partying/ I love twitting)las cosas ya no son lo que eran.

Cuando yo empecé la universidad, hace 6 años (un lustro +1) las tendencias que hoy dominan ya estaban empezando a germinar, y otras todavía no exitían en absoluto, pero sea como sea, todo era más sutil e inocente como ocurre siempre en el momento previo a que un movimiento acapare toda la pantalla.

En efecto, a finales de los años 90 y principios de este siglo asistimos a la (auto)destrucción del rock (el rock alternativo, que se había erigido como última actualización o encarnación de la "idea rock" y a la postre como su salvadora, voló en lo que dura un suspiro o un tiro en la sien), y todos los jóvenes desamparados ávidos de una contracultura que agarrar como referente se quedaron atónitos bebiendo en el tejado bajo el manto estrellado viendo la primera temporada de Dawson Crece y asistiendo (sin saberlo y sin desearlo; con la misma atención que le das a quitar una pelusa del hombro de la camisa) al definitivo auge del hip-hop, el punkpop para niñatos (Green Day, Blink 182, Sum 41 y todo eso) y, durante algunos años, incluso presenciaron acontecimientos y movimientos de cierta influencia como el nu-metal (léase: Limp Bizkit, System of a Down, P.O.D., Linkin Park, Korn, Slipknot, Deftones, etc).

Vale, la era del nu-metal, del rap institucionalizado, "the gothic stuff", y el house (os acordais de cómo pegó Daft Punk, Modjo, Robert Sanchez, Justice, etc) coincidió con mi adolescencia. Ah, tampoco querría olvidarme de las boysbands y de las spyce girls, que cuando tenía 11 años era lo más fresco (anticipándonos a Justin Timberlake, Britney Spears y ahora Lady Gaga). En cuanto a lo que no es música, todo este revuelo generacional se materializó para un adolescente en series como Malcom, Futurama, el Chico de la colina y South Park, simplificando y siendo más que breves e infimamente rigurosos.

Bueno, lo cierto es que en un mundo globalizado en el que todo ocurre tan deprisa, 6 años dan para bastante. Quizás, en cuanto a cambios sociales, valen por 20 años de hace un siglo, o más. Y en mi socialización primaria no había blogs, tuenti, twitter, wikipedia, youtube, messenger, sms, euros, bazares chinos, inmigrantes (multiculturalidad)...

En fin, que yo soy un joven nacido en la generación Y (nacidos en los años 80) y con las vistas puestas en la generación X (nacidos en los años 70) y los chicos que están acabando el bachiller, generacionalmente ya pertenecen a la generación Z (a partir de 1993). Ellos son la generación digital, la e-generación y suponen el culmen de la post-modernidad, el post-materliasmo, el individualismo.


Pero bueno, donde esté un buen bistek con patatas fritas... whatever, nevermind.

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