La lluvia limpia el polvo de esta aparatosa ciudad y huele a libretas nuevas y limones. La luz también difiere, todo se hace gris, una rima gris de transeuntes con paraguas. Comparando está mejor cuando todo va peor. No me quedaría mirando, no imaginaría, lo más banal es fascinante y las sorpresas golpean a tu puerta como niebla. Ya no hay nada más que sombras a las seis, campanas, bufandas; y te alegras.
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