Estas son un par de ideas sueltas, sin estructurar ni verificar:
Cada vez más, la música es un subproducto institucionalizado para las mayorías. Las emisoras radian los mismos diez o quince grupos y la variedad de estilos se pierde en pos de figurar en los charts, salir en la tele, vender más entradas y camisetas; todo aquello que no tiene que ver en sí con el proceso creativo. La consecuencia es que el negocio está difícil para las nuevas bandas (salvo que seas muy guay y, entonces sí, lo del myspace funcione).
La música para minorías, tal como el rock marginal y urbano (suburbano), el rock de "meKagoentó", el rock con K; el rock independiente e independentista, el rock radikal, el rock de la droga y de la perra vida, el punkrock, los ochenta... (los ochenta los recuperaremos algún día cuando soplemos en una vieja caja de vinilos rayados)ya forma del pasado.
Lo cierto es que el rock se ha higienizado tanto que ha perdido toda su negrez en este lavado de cara de los últimos años. Y hoy no está de moda que te gusten ciertos grupos.
Ahora se está extendiendo una especie de fiebre u ola soulera revival "entre los más entendidos" (ulalá), el rap domina las rimas de las calles, el indie ocupa las portadas... y parece que la única manera de que sobreviva el denostado rock castizo es a base de clichés: porro, litrona, malabares. Lo cual los convierte a ellos también en un esperpento, una caricatura "en memoria de". Qué asco. Tan lamentable como el flequillo de medio lado en unos, los jerseys con el "laurel" en los los otros o las rastas en ya sabes quienes.
Porque se trata de eso, todo se ha vuelto demasiado explícito y descarado.
Lo que pienso es que, cada vez más, no importa qué música escuches si no llevas la ropa apropiada. Porque lo que importa no es el arte, la poesía, la musicalidad, disfrutar en tu intimidad o en compañía de un momento único. Lo que importa en la música es su poder integrador (y desintegrador) a nivel social. La música construye ghettos, pero éstos cada vez más son más abarcadores (y a la par excluyentes) gracias a internet.
Así que te tienes que pasar la puta vida demostrando que conoces todas las reglas y el código ético correspondiente a tu grupo. Debes conocer un montón de grupos del género; pero no por el placer en sí de descrubrirlos y escucharlos sino para mostrar a los demás que los conoces, que estás muy puesto en el tema, porque cuando éstes en el pub escuchando "la buena música" ellos notarán todo eso. Y también debes cuidar todos tus complementos.
Y cuidado, porque si escuchas el estilo de música A, si quieres de verdad molar y trascender, mejor que nadie sepa que también, en el fondo, te gusta o escuchas de vez en cuando el estilo B, o el C, salvo que éste sea una subvariente tolerable y conectada al estilo A, en cuyo caso sólo se te mirará de reojo.
Yo no odio Barcelona, ni odio Londres, Los Ángeles, Tokio o Nueva York, pero sí que odio la parte que implica lleva esas camisetas.
Ya ninguno de nosotros vivimos exclusivamente nuetra época, y los que sí lo hacen, los más ultramodernos y über-sofisticados... ¿quién quiere ser así? yo no, desde luego. Demasiado puto agobio tratando de estar cada día al día y cada noche al máximo.
última reflexión: o perteneces a la mayoría o perteneces al guetto. Pero la esencia de los guettos se ha perdido, los guettos se han masificado con el fenómeno globalización. Ya no tiene MÉRITO estar en el guetto, ya no es suburbano. No se diferencia tanto, en definitiva, de pertener a la mayoría, porque gozas de los mismos beneficios y no hay ningún coste a pagar.
Bird, de Andrea Arnold
Hace 2 semanas
jajajaja, me partí con lo de la música A y la B y todo eso. Mira que es típico xD
ResponderEliminary lo del último párrafo, ya sabes, las cabras, otro rebaño más, pero más "underground" xD