viernes, 17 de abril de 2009



Oscura la noche,
Esperé todo el tiempo.
Las calles no eran mías,
Mis ojos apuntaban [vagamente,
Desconcertado y abatido;
Medio loco,
Dispuesto a dejar el sitio
Para que nunca te hagan daño.
El olor vino de pronto
Impregnando mi memoria.
El “super 8” color sepia
Y las notas de una lenta canción
Como huesos que se estiran
Y se doblan en el aire
Al calor del sol.
Las calles no eran mías,
Esperé todo el tiempo,
Callado.
No hay nada más en este pueblo
Que semáforos [y carretera.
Ninguna persona
se acerca,
Ningún destino ni meta,
Sólo el camino
Que está por recorrer.
Todos buscamos esa sensación [familiar
Que nos calma,
Y nos dice que todo va bien.
Aunque a veces nos perdemos
Y tardamos años en recuperar
el habla.
Luego las almas se desvanecen,
los edificios se desvanecen,
el fuego se desvanece.
Se van.

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