domingo, 12 de abril de 2009



Destino y pecados en un mundo pretencioso
Lleno de palabras que son límites para mi.
Doy vueltas en mi habitación,
Admiro mi estropicio y desorden mental,
Mi capacidad para meter la pata
Y pasarme tres meses
Con sus días y sus noches,
lluvias intensas,
diciendo “ perdón”.
Bajo un chuvasquero pretendes
Ocultar tus sentimientos,
Pero no importa,
Ellos lo verán.
Tú ya sabes que el miedo
Y la paranoia son un muro
Difícil de saltar,
Y que donde vayas o donde estés
No importa,
y nunca importó ni un poco,
Tú llevarás la misma capucha,
La cabeza rapada,
Barba de un mes,
Camisa y zapatos,
Esqueleto y calavera,
La longitud de tus piernas
Presumiendo con humildad e
indiferencia,
La cabeza agachada o subida
Pero nunca recta.
El horizonte está detrás,
El cielo cae sobre los hombres,
Los hombres rezan,
Los curas mienten,
Las mentiras son torturas,
Y yo me mantengo a la espera,
castigado y bendecido
Por los mismos dioses
Que me pusieron aquí.
Y quiero decir:
Si se van yo me quedo
Si suben bajaré,
Si sonríen lloraré de la gracia
Y luego me regocijaré,
Y nunca nunca nunca actuaré
De la forma que estaba prevista
porque el dolor y la alegría
son dos extremos que se tocan.
Sólo iré con mi destino y mis pecados,
El horizonte en mi espalda,
Y El mar, el mar dentro de mi.
Me calma y me enfurece,
Me castiga y me bendice.

1 comentario:

  1. De vez en cando paso por aquí. E, sinceramente, non tiña pensado dar a cara.
    Pero, joder, a catarse pudo conmigo.

    seh!, encántame.
    A Aretha seguro que tamén.

    un saúdo.

    ResponderEliminar