Destino y pecados en un mundo pretencioso Lleno de palabras que son límites para mi. Doy vueltas en mi habitación, Admiro mi estropicio y desorden mental, Mi capacidad para meter la pata Y pasarme tres meses Con sus días y sus noches, lluvias intensas, diciendo “ perdón”. Bajo un chuvasquero pretendes Ocultar tus sentimientos, Pero no importa, Ellos lo verán. Tú ya sabes que el miedo Y la paranoia son un muro Difícil de saltar, Y que donde vayas o donde estés No importa, y nunca importó ni un poco, Tú llevarás la misma capucha, La cabeza rapada, Barba de un mes, Camisa y zapatos, Esqueleto y calavera, La longitud de tus piernas Presumiendo con humildad e indiferencia, La cabeza agachada o subida Pero nunca recta. El horizonte está detrás, El cielo cae sobre los hombres, Los hombres rezan, Los curas mienten, Las mentiras son torturas, Y yo me mantengo a la espera, castigado y bendecido Por los mismos dioses Que me pusieron aquí. Y quiero decir: Si se van yo me quedo Si suben bajaré, Si sonríen lloraré de la gracia Y luego me regocijaré, Y nunca nunca nunca actuaré De la forma que estaba prevista porque el dolor y la alegría son dos extremos que se tocan. Sólo iré con mi destino y mis pecados, El horizonte en mi espalda, Y El mar, el mar dentro de mi. Me calma y me enfurece, Me castiga y me bendice.
De vez en cando paso por aquí. E, sinceramente, non tiña pensado dar a cara.
ResponderEliminarPero, joder, a catarse pudo conmigo.
seh!, encántame.
A Aretha seguro que tamén.
un saúdo.